Océanos de ti.

Sólo necesito descubrir más. 
Dame respuestas.
Estoy mirando el mar: cómo rompen sus olas, cómo se mueve, cómo se renueva a sí mismo y cómo atrapa a los marineros, absortos en su belleza.


Azul manchado con motas de acero, los barcos. Justo como su mirada. Tan profunda que pareces caer en un pozo con sólo mantenérsela. Tan triste que ni un día de tormenta está más lleno de agua que sus ojos lagrimosos. Tan apagada que en los días soleados siente desentonar con el mundo. Porque no es feliz. Porque su vida no tiene ningún sentido y no es capaz de dárselo a la mía. Porque no hay una contestación a la continua incógnita que es nuestro afecto. Y porque sabe que es como buen agua turbulenta: llena de peligros. Y para qué mentir, con un continuo cambio de marea.
Pero a pesar de ello, y a pesar de que sus mentiras hieren mis sentidos; quiero ser ese barco, que conduzca mi alma hasta lo más profundo de sus aguas. 
Morir ahogado es lo de menos si es a su lado.
Es mi gran océano.

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